Límites de Internet
Límite de consumo de datos (Cuota de uso)
A diferencia de lo que creen la mayoría de Internautas, las conexiones de red a Internet domésticas no son un bufet de todo lo que puedas comer, y hay diversos límites de consumo para el intercambio de datos.
Pueden aplicarse varias restricciones al uso de la conexión...
- Límite de consumo par contrato: Una cantidad más o menos fija de datos que se pueden intercambiar por línea de conexión, puede ser tan reducido como apenas unos pocos GB por mes.
- Límite de consumo por dispositivo por tiempo: Un límite de transferencia de datos para cada dispositivo por ciertas unidades de tiempo, como unos 8GB por mes, o 512MB por día...
- Límite de velocidad por servidor visitado: Un límite de velocidad reducida para los sitios desconocidos por el proveedor de servicios de Internet, normalmente con velocidades de transferencia de menos de 1Mb/s
Sí te excedes de tu consumo permitido podrías enfrentar multas por el exceso, o la expulsión temporal de tus dispositivos informáticos de la red. En lo personal recomiendo que, siempre que sea posible, utilices únicamente lo que ya tengas disponible en tus propios medios (como memorias extraíbles y discos ópticos); sí necesitas o quieres descargar archivos desde Internet, raciona tus descargas a no más de 512MB por día.
Sobre la veracidad en Internet
En Internet, mucha de la información en circulación está distorsionada o es un engaño...
Sí el tema es inocuo y no hay motivo para mentir, como en temas sobre cómo hacer trucos de skateboard o cómo dibujar a un personaje anime, la información es confiable; pero información ligeramente importante, cómo sí está bien patinar o sobre dispositivos móviles, es seguro que la información esta distorsionada o es falsa en gran parte... ¿Y entonces qué ocurre con lo qué es realmente importante?
Los motivos por los que alguien te querría engañar, u ocultar algo, de formas cada vez más sofisticadas pueden ser atraer la atención sobre sí mismo, atraer mucha audiencia para sacarle dinero o abrumarla con publicidad, o una combinación de oscuros y perversos motivos. Por eso, lamentablemente, es mejor que no creas lo que se dice en la red, de la misma manera que deberías desconfiar de las palabras de los presentadores de la televisión o la radio.
Sé muy cauteloso al navegar en la red
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